Panamá presenta panel sobre ecosistemas de carbono azul COP27 27

#PanamaEnLaCOP27 – La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2022, se realizó del 7 al 18 de noviembre de 2022 en Sharm El Sheikh, Egipto
 

 

Como parte de la representación de Panamá en las negociaciones internacionales sobre Cambio Climático, se llevó a cabo en el Pabellón Nacional de Panamá el panel “Espacio para discusión entre países tropicales sobre avances y medidas de mitigación y adaptación en ecosistemas marino-costeros”. El acto contó con la presentación de tres especialistas nacionales e internacionales en las temáticas de ecosistemas de carbono azul y cambio climático:

– Carlos Eduardo Guerra, analista de la Dirección de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente de Panamá.

– David Olarte Amaya, gerente de Recaudación de Fondos de Conservación Internacional, Colombia.

– Lenox Gadden, representante del Departamento de Clima del Gobierno de Belice.

 

Esto fue moderado por Thomas Hickey, Oficial Senior para Humedales Costeros y Arrecifes de Coral de The Pew Charitable Trust.

Guerra destacó los avances hasta el momento de la acción 2 del Plan de Acción País auspiciado por el programa Euroclima+ “Elaboración del marco regulatorio para la distribución de beneficios derivados del carbono azul en el contexto del Mercado Nacional de Carbono de Panamá”.

Mencionó además que se cuenta con un análisis de políticas públicas nacionales que inciden sobre el carbono azul y que se trabaja en desarrollar instrumentos técnicos y normativos para la buena gestión de futuros proyectos que busquen generar créditos de carbono en ecosistemas de manglar.

Dicha acción es ejecutada en conjunto con la Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP), fundación española sin fines de lucro y agencia implementadora de acciones de gobernanza climática. Dentro de lo que se promueve, se encuentra el apoyo al desarrollo e implementación de estrategias climáticas, medidas de adaptación, empoderamiento climático, tranversalización de la perspectiva de género y gestión del conocimiento.

Por su parte, el señor Olarte destacó la importancia del enfoque comunitario en este tipo de proyectos, como lo es en el caso exitoso del proyecto Vida Manglar, en el golfo de Morrosquillo, Colombia. En el mismo, las comunidades han dado un manejo sostenible al manglar por más de medio siglo y la agencia certificadora Verra ha dado el seguimiento desde el 2013 para asegurar se cumplan con los criterios necesarios para generar créditos de carbono, en donde la gran mayoría de las ganancias son administradas por la misma comunidad.

Finalmente, el doctor Gadden hizo hincapié en el proceso de actualización de los compromisos nacionales de Belice para sus Contribuciones Determinadas Nacionalmente (CDN) en el sector marino costero. Mencionó como la transferencia de información, tecnología y el fortalecimiento en las capacidades nacionales permitieron a Belice aumentar la ambición de sus compromisos en el sector, iniciando con compromisos sectoriales principalmente cualitativos, dedicados a la protección o mejora en el manejo de ciertas áreas protegidas. Se espera en un futuro, pasar a lograr compromisos cuantitativos, es decir, evitar un número aproximado de emisiones gracias a los ecosistemas marinos costeros.

¿Qué es el carbono azul y cómo es importante en Panamá?

El carbono azul, se refiere a los flujos biológicos y almacenes de carbono centrado en la vegetación marino-costera, los cuales pueden ser gestionados. Manglares, pastos marinos, marismas y turberas costeras representan los más importantes sumideros de este tipo de carbono.

Panamá cuenta con 183,773 hectáreas de manglar siendo el 2.4% de la superficie del país, de acuerdo al mapa de cobertura y uso de la tierra al 2021, lo que sitúa al país como la nación con mayor cobertura en Centroamérica y la mayor variedad de especies de mangle del continente americano. En términos de almacenes de carbono, Panamá posee aproximadamente 1,4903,807 toneladas almacenadas solo en los bosques de manglar.

Es imprescindible remarcar además los múltiples cobeneficios para la adaptación y resiliencia brindados por estos ecosistemas: Actúan como una barrera ante eventos climáticos extremos; su acumulación de sedimentos y material orgánico los vuelven un punto caliente de biodiversidad y un criadero ideal de especies comercializables de peces, mariscos y moluscos, adicionalmente, algunas especies de manglar poseen frutos comestibles; lo cual en su conjunto forma los pilares de la economía azul de comunidades indígenas y locales.

Las experiencias compartidas en este evento, son oportunidades de enlace que permitirían al país mejorar sus procesos de gestión, manejo y recolección de información en ecosistemas de carbono azul, quienes son indispensables en consideración a la hora de atacar los retos nacionales presentados por la crisis climática.

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